domingo, 8 de septiembre de 2013

Cartas a un niño que no nació - Carta nº VIII


Cartas a un niño que no nació


Carta nº VIII

 

 

    Ahora llega la Libertad. Va vestida de promesas, calzada de aladas mentiras y velada de tristeza. Lleva sus manos cubiertas de sol, llenas de aire, llenas de goces profundos y etéreos. Sus ojos tristes me miran con suave amargura. He sido infiel, la he traicionado y ella me acusa.

     Tú, a mi izquierda, ella, a mi derecha. Tú, latido de sangre. Ella goces de aire. Sudo sangre, sudo lágrimas, sudo dolor. Sus manos cálidas y blandas, electrifican mi mente. ¡Soy suya, hijo mío!

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